Los que vivimos por el mediterráneo tenemos la suerte de contar con esta increíble planta en nuestras tierras. El tomillo proviene de un arbusto perenne y leñoso y crece de forma silvestre en colinas secas y soleadas y sin necesidad de demasiados cuidados. Y es durante la floración (desde finales de primavera o principios de verano) cuando la planta contiene mayor cantidad de aceites esenciales.
A lo largo de los siglos esta planta ha tenido distintos usos. Entre los más curiosos está el de los egipcios. Se cree que, bajo el nombre “tham”, estos la utilizaban para embalsamar a los difuntos y lo quemaban para purificar el aire. Por otro lado, los griegos la consumían por sus efectos antisépticos o la utilizaban para mejorar los dolores articulares.
El tomillo destaca, principalmente, por ser una planta muy eficaz para el tratamiento de las infecciones de las vías respiratorias altas, la tos y la congestión. Así que puede ser buena idea empezar a incorporar esta planta en nuestras preparaciones en estos momentos de coronavirus.
Es importante remarcar que existen muchísimas variedades de tomillo. Pero las que tiene mayor poder a nivel medicinal son las que tienen un sabor más picante y especiado.
Propiedades
En definitiva, el tomillo está recomendado en personas con síntomas de bronquitis, tos ferina o catarro de las vías respiratorias superior. Y también como preventivo en síndromes gripales o resfriados, entre otras cosas.
¿Cómo utilizarlo?
La forma más sencilla de utilizar esta hierba es incluyéndola en tus platos o tomándola en forma de infusión.
La dosis terapéutica es de 2 a 6g (en seco) al día.
Infusión: 1 cucharada de postre por taza. Infusiona 2 minutos, deja reposar, filtra y añade un chorro de limón y una cucharadita de miel.
Consume tres veces al día antes o después de las comidas.
Para uso externo aplicar en forma de cataplasma, baño, pomada o crema.
Dentífrico: polvo de las hojas de tomillo mezclado con polvo de salvia y arcilla.
¡Cuidado!
Las mujeres embarazadas no deberían consumirlo en cantidades terapéuticas ya que puede estimular las contracciones uterinas y el flujo menstrual.
Del mismo modo tampoco se recomienda durante la lactancia.
Cuidado con el aceite esencial puro en caso de gastritis, SII, Crohn, etc.
Y eso es todo por hoy, el próximo día vamos a por el jengibre 🙂